miércoles, 21 de octubre de 2009

Motivaciones intrínsecas y extrínsecas

Las necesidades crean actitudes motivacionales dentro de nosotros. Ahora bien, nuestras necesidades en ocasiones son intangibles, o al menos se hallan en un lugar oculto de la conciencia. La gente no siempre origina su propia motivación desde el interior. En vez de ello, las personas suelen volverse pasivas y piden ayuda al ambiente para obtener motivación. Los acontecimientos externos constituyen los incentivos y consecuencias que producen estados motivacionales extrínsecos.
Hay dos maneras de disfrutar una actividad: de forma extrínseca e intrínseca. Un niño puede saltar porque le gusta, pero también puede hacerlo por recibir algo a cambio (intrínseco y extrínseco).
La motivación intrínseca es la predisposición innata de involucrar los intereses propios y ejercer las habilidades personales para, de ese modo, buscar y dominar los retos máximos. Surge naturalmente de las necesidades psicológicas orgánicas, la curiosidad personal y los intensos deseos innatos de crecer. Es un impulso motivacional que energiza la conducta a falta de recompensas y presiones extrínsecas.
La motivación extrínseca emerge del entorno. Es un motivo creado en forma ambiental para estimular o insistir en una acción. Significa un medio para un fin: el medio es el comportamiento y el fin es algún efecto.
Es difícil con sólo observar a alguien, saber si está motivado intrínseca o extrínsecamente. La diferencia principal entre los dos tipos de motivación radica en el principio que energiza y dirige la conducta.



martes, 20 de octubre de 2009

Introducción

La lógica empleada por los programas basados en incentivos consiste en que si las personas no poseen la suficiente motivación para llevar a cabo una acción, entonces probablemente el ofrecimiento de un agradable incentivo les proporcione tal motivación. El hecho de ofrecer un incentivo interesante para crear un hábito de disciplina representa una estrategia de motivación extrínseca. Sin embargo, los incentivos también pueden ser desagradables. La estrategia es diferente, pero la lógica sigue siendo la misma: el sonido de un despertador "obliga" a la gente a levantarse. Por lo tanto, la gente se levanta no porque no desee seguir durmiendo, sino sólo para evitar o escapar de algo incomodo, que en este caso vendría siendo el ruido ensordecedor. Ese molesto ruido es lo que ocasiona que la persona se levante, mostrando incluso mayor voluntad, que ante la perspectiva de un tentador incentivo.
Prácticamente, todo ambiente en el que nos encontremos distingue entre comportamientos deseables e indeseables.